lunes, 16 de julio de 2012

A Llorevas (Fernando Llorente x Jesús Navas) story~

Vale, antes que nada y de traumatizaros de por vida si es que alguien lee este blog, esta entrada que voy a subir es por un nuevo OTP que tengo yo y una amiga.
Lo subo aquí porque no tengo otro lugar donde subirlo y porque... paso de crear un blog sólo para una entrada lol. Y eso. 
Sí, van de 2 futbolistas. Es algo raro que escriba sobre futbolistas pero desde la Eurocopa 2012, repito, mi amiga y yo (y no sólo yo) tenemos una obsesión bastante grave por estos 2 personas públicas. Y eso.
Griegiturqui, esto va pá ti: Espero que te sangre la nariz e.e


(POV Navas)


2 de Julio. Celebración de la Selección por la Eurocopa 2012.


Después de estar en Cibeles todos los jugadores, nos vamos a una fiesta privada en un club llamado 'Z' o algo así.


Como de costumbre, me siento con Silva en el autobús. Hoy no se ha puesto los auriculares y empieza a hacer bromas (por no decir, dar la lata) con Xavi, que está sentado detrás nuestra con...


Fernando.


Fernando Llorente.


Sí, ese alto de 1'95 al que apodan 'León'.


Apenas hablamos y nos hemos hecho algún que otro gesto en el campo de compañerismo pero nada más.


Hasta ayer.


Flashback

Después de haber estado en el campo con la copa haciéndonos 50.000 fotos por lo menos con o sin la prensa en general, todos nos fuimos al vestuario como de costumbre. Tampoco tenía que hacer mucho, ese día el entrenador Vicente del Bosque no quiso mi ayuda en el campo, ya que prácticamente los matábamos a goles.

Santi Cazorla y Silva se fueron juntos a por unos champanes y los demás iban a su bola, o bién con el iPhone y sus trastos o bien haciendo gilipolleces felizmente con la copa. 
Como cada asiento con sus respectivos cosas van en orden según el dorsal que llevamos, al irse y Santi y Silva que son el 20 y el 21, quedan 2 huecos en los asientos y Llorente y yo estamos separados por 2 asientos desocupados. Extrañamente Llorente se sentó al lado mío, en el sitio de Silva.

- ¡Qué pasa, Jesusito! - exclamó animado.
Hice una mueca disimuladamente.

- Ey.
Pasó un brazo en mi hombro. <<Tranquilo, es sólo un gesto de colegas. >> Me repeteía una y otra vez.

- ¿Qué te pasa? ¡Alegra esa cara, que hemos ganado, enano!
- ¿Enano? Si sólo eres un poquito más viejo que yo por meses, jirafa. - contraataqué - No seas idiota, me alegro de que hayamos ganado, es sólo que estoy cansado.
Le sonreí . No podía decirle que por alguna razón me ponía nervioso. Aunque no sabía si eso era bueno o malo.


Alzó una ceja. Y noté que me empezaban a sudar las manos.


Y de repente con sus manos me cogió la cara con ambos manos y comenzó a acercarse a mi...

... Para mirarme directamente con sus ojos verdes-azulados.


- ¿Seguro? - preguntó concentrado mirándome.
- S-sí.
Mierda. Había titubeado. Soltó una risa y comenzó a acercarse a mi.


¿Debería de haberme echado para atrás y haberle dicho ''¿qué coño haces?''? Pues sí. Pero no lo hice.


Cuando sentí que casi rozaban nuestros labios se separó rápidamente.


Santi y Silva volvieron con sus champanes y Fer (que lo llamo así) volvió a sentarse en su sitio riéndose.


¿Estaba jugando conmigo o lo que estuvo a punto de pasar era real?

Fin del flashback


Sacudo la cabeza al volver a recordar lo que pasó. La noche anterior no pude dormir bien debio a que la imagen de Fer mirándome con sus ojos, era algo que me producía insomnio.
Xavi y Silva siguen con sus bromas y me sorprende que Fer no me dirija la palabra. Pero aún así...
Sé que me mira en silencio desde el asiento de atrás.

Al final llegamos al Club 'Z' y todos bajan de dos en dos, como siempre. Todo es tranquilo; no hay ninguna cámara sacando fotos y eso me alivia. 
No me gusta que me hagan tantas fotos, me incomoda.
Algo que, a mi parecer, a Llorente le encanta porque está gritando ahora mismo ¿no hay cámaras? ¿Y los fans?.

Sigo escuchando música cuando siento un brazo pasar por detrás de mis hombros y doy un pequeño respingo.

Creía que era la persona que me apetecía ver menos, pero sólo era Sergio. Sergio Ramos.
- ¡Jezú! - dice textualmente y río. No entiendo por qué me llama así pero me da mucha gracia.
- ¡Zergiú! - contesto alegremente.
Me da 2 golpes en el brazo y luego se va con su iPhone, probablemente hablando con su novia o algo parecido. Luego empiezo a rayarme por cosas sin sentido.

¿Por qué no tengo novia? ¿Por qué no me interesa tener tías como la mayoría de mis compañeros? ¿Por qué me estoy rayando por Llorente que parece que lo ha olvidado todo? ¿Por qué llevo las cintas del zapato mal atados?

Suspiro e intento recuperar aire al entrar en el club. Veo mesas, luces y una larga barra donde servir montones y montones de alcohol.

Veo que soy el único al que no le entusiasma todo esto porque soy el único que no ha hecho el tipico ¡¡¡¡¡Toma ya!!!!! y me siento en la mesa con todos, sólo que esta vez a mi derecha está sentado Cesc Fábregas, a mi izquierda Sergio R. y en frente mía Iker, que parece estar en su salsa porque empieza a pedir bebidas para todos.

Suelto un para mi coca cola super soso y seco que todos se me quedan mirando, pero ladeo sonriendo y dejando salir un suspiro de cansancio, por lo que todos me miran con miradas de ah, vale , me dejan en paz y yo sigo a mi aire con el iPhone jugando al Angry Birds.

Pasados unos 20 minutos, calculo, me aburro jugando y me doy cuenta que la música suena como si no hubiera mañana y me empiezan a doler los oídos. Levanto la mirada y veo a Pepe Reina haciendo un striptease encima de la mesa totalmente borracho mientras todos se ríen al unísono y pienso algo como 'si lo vieran sus hijas...' y salgo del local tomando aire.

El sentir el aire contra mis mejillas alivia todo el estrés que llevo desde que empezó la Eurocopa y estoy de pie allí por un rato. Veo coches pasar, borracheros y borracheras a montones y miro al cielo. Que hay de todo menos estrellas y suelto un 'vaya mierda de vistas' por lo bajini.
- ¿Vaya mierda de vistas? - dice una voz imitando la mía - ¿Qué haces aquí solo, Jesusito?
Reconozco la voz y esa manera de pronunciar y decir mi nombre, la voz de mi mente maldice y miro para atrás. Vaya suerte tengo. Es Fer.
- ¿No lo ves? No hay estrellas. - contesto - Desde mi casa en Sevilla se ven estrellas, aquí no y es una mierda.
Fer abre los ojos simulando que está sorprendido.
- Bueno, será porque estamos en pleno Madrid y en la ciudad y no en un pueblo, ¿no lo habías pensado? - dice él sarcásticamente.
Pongo los ojos en blanco mientras lo miro. Y se crea un silencio incómodo 2 minutos después.
- Me ha dado la impresión que me evitabas en el desfile hoy. - comienza a decir.
- ¿Perdona? - contesto ofendido y enfadado, no sé por qué, pero enfadado - Yo no te evito. No te creas el ombligo del mundo.
Alza una ceja y mi corazón vuelve a saltar. << Para de hacer eso, maldición. >>
- Has estado todo el rato con Sergio y con Iker. ¿Qué pasa? ¿Sois muy amiguitos ahora o...?
- Sergio y yo somos amigos desde siempre e Iker y yo también. - le interrumpo -Es más, ¿Y a ti que más te dá con quién esté? Tu parecías estar pasándotelo muy bien con Javi y con Fernán  (Torres) saludando a diestro y a siniestro. - contesto en mi defensa.
Sonríe apretando los dientes.
- Já. Pues sí, es algo que todos hacemos, ¿sabes? No sólo beber y beber y dejar que un Xabi Alonso borracho nos tire cerveza o lo que sea encima, ¿sabes?
¿A qué puñetas venía todo esta absurda pelea?
- Xabi debe de estar en el suelo ahora mismo. - digo ríendome, pero al ver que él no lo hace vuelvo a ponerme serio - En serio, Fer. Esto no tiene sentido. No entiendo por qué actúas como si fueras mi padre o algo parecido. 
Me acorrala contra la pared dejando mis manos a la altura de mi cabeza y me mira otra vez fijamente.  Siento que mis pulsaciones van a mil por hora y no mola, me empieza a faltar el aire.
- ¿¡Qué coño haces!? - le suelto - ¡Si estás enfadado vete a pelearte con alguien de tu tamaño!
Sonríe y hace algo que me coge por sorpresa pero, para qué mentir, llevaba mucho tiempo esperando.

Me besa lentamente, con pasión y con lujuria. Y yo le sigo el juego.


Labios contra labios. Respiraciones que se convierten en uno. Y lenguas que parecen conocerse de toda la vida.


Sí, le estoy besando y no me arrepiento de nada.


Me separo de él e intenta agacharse otra vez para besarme pero no le dejo.
- Estás borracho. Estamos borrachos. - digo corrigiéndome a mi mismo.
- No lo estoy. Ni tú tampoco. Esto lo estamos haciendo sóbrios. 
Vaya, así que se había dado cuenta de que no había pedido una bebida alcohólica.
- Seamos claros: te quiero para mi enano. Y está muy claro que yo para ti no soy sólo un simple compañero o amigo, llámalo como quieras. - dice.
Me pongo nervioso.
- No soy gay.
Suelta una risa.
- Pues tu beso no decía lo mismo. - contesta.
Y se agacha a besarme otra vez, con la misma intensidad que antes, que por cierto, me encanta.
- Pues yo no seré la chica en esta relación. - digo.
- ¡Já! ¿Y piensas que yo sí? - dice - ¿Y qué tal con un 'da igual quién lo sea lo que importa es que no nos importe un bledo lo que piense las personas y los demás'?
Sonrío.
- Por mi vale. - contesto sonriéndole mientras le beso.
Fer me agarra de la mano y vamos a entrar en el club cuando se para y dice:

- Pero yo no voy a ser el que le cuente esto a los demás, que lo sepas.

viernes, 29 de junio de 2012

Words (Parte 2)

Me voy de allí sin mirar atrás y sin tener la capacidad de oír, pero alguien me coge del brazo obligándome a mirar hacia atrás. Quito el brazo pero no soy capaz de seguir caminando con esos ojos verdes que suplican que pare de huir. Es Jake, como suponía.

- Laurie. ¿Puedes por lo menos escucharme, por favor?
 - No, no puedo. - me froto los ojos desesperada porque las lágrimas me arden - Esto ha sido todo... una mala idea, por favor Jake. Vete.
- ¿Piensas que te dejaré con el estado en la que estás?
- Ya lo hiciste una vez. - contesto.

Jake se calla. Se calla porque sabe que tengo razón y miro la expresión de sus ojos. Está perdido y... ¿arrepentido? Como noto que diré algo como que le voy a perdonar (algo que en parte quiero pero en la otra que no), suspiro molesta y me voy de allí con lágrimas en los ojos con los brazos cruzados.

Sigo escuchando sus pasos detrás mía hasta que abro la puerta del coche,entro, me siento, recupero aire y bajo la ventanilla del coche con los ojos acuosos.

- Laurie...
- ¿Puedo... puedo decir algo? - empiezo a decir aún titubeando.
Él asiente la cabeza.
- Jake... Te...quiero. Aún. - me cuesta decirlo (y admitirlo) pero lo hecho, hecho está - He estado ignorando todo lo que mi corazón me decía estos 2 años y ha sido muy duro.
Abre los ojos y después aparta la mirada. Empiezo a creer que de verdad se arrepiente.

No te fíes, Laurie. - Me dice mi mente, pero mi corazón esta vez, manda por mi.

Así que ignoro mi mente, me dejo guiar por mi corazón, me levanto un poco y le doy un suave beso. Veo que abre un poco los ojos, pero que después los cierra, al igual que hago yo y me dejo llevar. Noto como se acerca más para profundizar el beso y entierro mis dedos en su pelo. Donde siempre pertenecieron.

Me separo un poco para abrir la puerta del coche. Salgo, y en cuanto cierro la puerta me acorrala suavemente contra ella y me sigue besando. Besos, besos y más besos, nunca me iba a cansar de ellos.

Cuando ambos notamos que nos falta el aire, nos separamos y noto como sonríe suavemente.

Mierda. Ahora es cuando mi cerebro empieza a mandar señales a mi voz interior: ¿Qué haces, Laurie? ¿Por qué has hecho esto? ¿No ves que todo esto supone volver a sufrir lo que sufriste hace 2 años?


Sacudo la cabeza y me encuentro con Jake poniendo un mechón de mi pelo castaño detrás de mi oreja derecha y no puedo evitar suspirar como una tonta y sonreír levemente. Miro a aquellos ojos verdes que al principio tenían temor, pero que ahora veo que brillan. Brillan más que nunca. Noto que mi corazón late muy rápido. Como siempre me pasa cuando estoy con él.

- No me mires así. Me va a dar un ataque cardíaco. - digo.
Suelta una risa. Y esa única risita es capaz de despertar algo en mi interior que me transmite calidez. Y luego pone su palma derecha a mi pecho.
- Vaya, tu corazón late muy rápido. ¿Qué pasa?
- Como si no lo supieras, idiota. - le contesto burlona mientras le saco la lengua.
Sonríe de medio lado y vuelve a besarme. Alzo un poco la cabeza porque es más alto que yo, pero el hecho de que sea así me encanta. Así que, piso suavemente sus Vans negras desgatadas con mis Converse rojos viejos. ¿Había algo más perfecto que todo aquello?

Enrosco mis brazos a su cuello y le abrazo. No, obviamente aquello era perfecto. Y era la definición de la perfección. Apoya su frente contra la mía suavemente y noto su respiración. Luego se separa lentamente para abrir la puerta del coche y decir:
- ¿Te llevo en coche o prefieres que te lleve a casa llevándote en mi espalda? 
Sonreí como una boba. Él sabía perfectamente mi respuesta. Siempre había elegido la segunda opción y en aquel momento ni de coña iba a preferir la primera. No después de haberlo solucionado todo.

Se agacha en cuclillas y me subo encima, como si fuera una niña pequeña.

Y la verdad es que, no me arrepentía de haber ido a arreglar las cosas.



Fin 


viernes, 25 de mayo de 2012

Words (Parte 1)


''Words can break someone into a million pieces but they can also put them back together...''
Aquellas palabras no paraban de resonar en mi cabeza. Pensé en... intentar arreglar mi corazón roto.
Y sin embargo, mírame, aquí estoy, aterrada.

Se le podría decir que me atreví a afrontarlo con madurez porque mi mente decidió pasar una película en mi cabeza aquella noche del cual apenas recuerdo perfectamente. Tragarme mi orgullo intacto desde hace 2 años: algo difícil de llevar. Y menos cuando antepones ante todo tu orgullo.

Tengo 18 años. Supuestamente soy lo suficientemente adulta como para llevar el control del coche, pero aquel día lo único que se me pasaba por la cabeza era que no me importaba tener un accidente que me retrasase ir a la cita o quedada o o lo que fuese aquello.

Los rayos de sol dan de lleno a las gafas negras de Ray ban que compré en unas rebajas y suspiro. ¿Por qué cada vez que desea uno que pase el tiempo lentamente, pasa el tiempo más rápido de lo normal?
Me empiezo a agobiar y paro en un semáforo en rojo. Intento tararear una canción que tarareo cuando estoy nerviosa y me trabo en frases, me lío, no recuerdo qué palabras iban en esa estrofa. Me cabreo y lo dejo. Pienso en otra cosa que me distraiga. Intento fallido.

El trayecto está apunto de acabar. Lo sé porque estoy en proceso de buscar aparcamiento. Maldigo el día que es porque hay más aparcamientos que un Sábado normal. Dios, ¿qué pasaba con ese día? ¿El destino quería que lo viese lo más antes posible?

Empiezo a dudar. En cuanto ya tengo el coche bien aparcado no salgo directamente como suelo hacer. Pongo las manos al volante, me agacho a aspirar aire como puedo. Sacudo la cabeza y miro al frente. Oh no. Estoy apunto de echarme para atrás, de arrancar el coche, de dejarle un mensaje diciéndole que me ha surgido algo y huir. No lo hago.

Finalmente, después de unos minutos debatiéndome internamente, salgo del coche pareciendo lo más confiada posible. Noto que mi respiración aumenta por minutos y decido aspirar y expulsar aire por la nariz y no por la boca. Entro a la cafetería y le busco con la mirada.

Oh, allí está.

Gafas negras de Rayban, pelo revuelto, indomable pero perfectamente peinado con ese color de rubio ceniza que siempre amé, camisa de cuadros roja y unas manos nerviosas dando pequeños golpes no audibles en la mesa que está un poco más alejada del resto.
Agacha la cabeza y cuando la alza se da cuenta de mi presencia aunque esté un poco lejos.

Nuestras miradas se encuentran y no sé si sonreír y dejo salir una pequeña sonrisa. Él sin embargo, esboza una media sonrisa.

Oh, mierda. Maldita media sonrisa que me hace derretir. Maldigo por lo bajo y me acerco con pasos firmes hacia la mesa. Él se levanta para darme un pequeño abrazo al cual correspondo vergonzosamente.

- Ha pasado tanto tiempo que cuando me enviaste aquel mensaje me sorprendí mucho; - abre un poco los ojos y carraspea - Es decir, no es nada malo, es sólo que me sorprendió...
Le sonrío como respuesta de que no pasaba nada y no sé cómo, pero se forma un silencio muy incómodo por unos segundos o minutos, me quito las gafas de sol. Vuelve a carraspear y me sonríe.

- Bueno... ¿de qué querías hablar?
Me alegro tanto de que él sea el que rompe el hielo cada vez que hay un momento incómodo que creo escuchar vítores en mi interior. Decido ignorar lo anterior y consigo que algo salga de mi garganta.
- Quería verte porque... por... - mi mente empieza a decirme que estoy pareciendo tonta titubeando que me fastidia - para... aclarar las cosas que pasaron hace 2 años...
Suspira y luego me mira como si estuviese cansado. ¿Aquello era positivo o...?
- Siento mucho todo lo que te dije. Tenía 16 añajos, era un crío y no sabía cómo tratar con una chica como... tú. - hizo una pausa en busca de oxígeno - Pero es que habían pasado tantas cosas que no pude manejar y que se me fueron de las manos que reaccioné así; diciéndote aquellas cosas horribles de las cuales me arrepentí y me arrepiento.
Intento respirar mirando hacia arriba por un segundo y siento que me se me llenan de agua los ojos,  maldita sea el momento que decidí quitarme las gafas de sol.
- Jake. - hacía tanto tiempo que no decía su nombre que cuando lo digo se me hace un nudo inaguantable en la garganta - Me rompiste. Me dejaste caer en la miseria y eso nunca moló, ¿vale? Sí, tenías 16 años, yo también los tenía, pero no tenías derecho en decir aquellas cosas horribles... 
Sus palabras resuenan en mi cabeza como si fueran voces de ultratumba que me aterran, siento un escalofrío que no me gusta.

Jake no se corta y me agarra de las manos intentando transmitirme tranquilidad. Y lo consigue. Lo miro con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

 - Laurie. Nunca quise decirte todo aquello y créeme, si pudiera cambiarlo lo cambiaría, pero no puedo.
- Aquellas palabras me rompieron en pedazos, Jake.
Sin él poder decir nada más, me voy de allí entre lágrimas.

Pensar que las cosas se podían solucionar sin recordar aquello que ocurrió sin llorar, era imposible.

Me voy de allí pensando en lo ilusa que soy. Y las lágrimas no cesan.


Parte 1.
Continuará. 

viernes, 11 de mayo de 2012

It’s okay to be afraid



A veces, cuando uno se pregunta si es feliz o no, simplemente te ríes y no sabes qué contestar. Más tarde, cuando estás solo/a lloras. 

Lloras. 

Lágrimas agridulces caen por tus mejillas sin tú inmutarte por qué. Te preguntas por qué. ¿Por qué lloro?

A veces, unas simples palabras pueden romperte en mil pedazos; otras pueden curar tu herida más profunda.

Cuando uno se da cuenta de lo perdido que está en la vida, no es una sensación cómoda. Da miedo lo perdido que puedes estar y te das cuenta de que la frase: siempre estaré aquí para ti pierde significado.

Porque es a las altas noches cuando todo pasa, cuando uno se siente solo y lo haces, una y otra vez, un corte tras otro, un dolor que jamás cesa... pero que te encanta. Porque estás demasiado perdido, infeliz y asustado. Porque no todo está bien y todo pasa factura. Y te desahogas de una manera horrible, pero que te encanta a la vez.

Ya no hay ni una sola noche en la que no llores en silencio y un día en la que finjas una sonrisa que querrías quitar, y ponerte a llorar.

Pero también es admirable cuando una persona es fuerte.

Está bien tener miedo, todos lo tenemos una vez, a veces dura más, a veces menos... A veces simplemente tienes que levantar bien la cabeza y no dejar que te afecte las cosas, pero, ¿lo sabes,no? Es duro.

Levantarse un día pretendiendo que uno es feliz cuando en verdad querrías quedarte en la cama. No llorando. Sin hacerte daño. Sólo quedarte en la cama, en paz, sintiendo esa paz que sientes cuando estás simplemente sin agobios, sin gente a tu alrededor. Sólo tú mismo/a.

Uno se siente como si ya no le importara nada, como si ya todo diese igual pero... de repente cambias, tienes ganas de vivir y de ser feliz. 

Porque la felicidad no es gratis, tienes que buscarla; conseguirla.

Y para ello, amarte a ti mismo/a.

Everybody hurts somedays,
It's okay to be afraid.
Everybody hurts,
everybody screams,
everybody feels this way
And it's okay...

jueves, 10 de mayo de 2012

And I'll be there in a heartbeat.


Querido chico de las manos cálidas:
Han pasado varios meses desde que nos despedimos. Desde que aquellos días soleados en la playa contigo terminaron y de las cuales probablemente nunca me olvide. Te estoy escribiendo una carta aunque me prohibiste no hacerlo para no hacernos más daño y... aquí estoy.
Supongo que no puedo olvidarte. Me hice la fuerte, nos despedimos cantando aquella canción, ¿recuerdas? Dijiste que no ibas a prometerme nada, que no sabías si una relación a distancia funcionaría y lo dejaste ahí.
Otoño no fue una estación fácil. Empezaba a hacer frío y yo no te tenía a mi lado para hacerme entrar en calor, no te tenía para que me sujetaras las manos. Siempre me decías que tenía las manos frías, pero que tenía un corazón cálido. Y empecé a creerlo de verdad.
Sin embargo en Invierno las cosas, mejoraron un poco. Conocí a alguien, lo quise, sólo eso. No lo amé, no tanto como a ti. No tan verdadero como a ti. Buscaba unas manos entrelazadas entre la mía para tranquilizarme y hacerme entrar en calor, pero las suyas no lo conseguían. No pude engañarme más, lo dejamos de una buena manera.
Aunque el Invierno parecía interminable, la Primavera llegó. Tardó, pero llegó. Empecé a sacar las camisetas del armario y a guardar los abrigos grandes y pesados. La primera prenda que saqué fue tu preferida. Sí, aquella camiseta con estampados de pájaros a lo lejos. Y aunque no te lo creas, al sacarlo, recordé tu sonrisa el primer día que nos conocimos diciéndome que te encantaba aquella camiseta, por el estampado. Si te soy sincera, al principio me parecías un chico raro y misterioso. Pero aquello fue lo que me atrajo de ti.
Y aquí estoy, en la playa que fue el primero en presenciar nuestro primer beso y tocando la canción con la que nos despedimos alegremente entre lágrimas de tristeza. Me prometiste que te mostré un verano de paraíso y que algún día volverías a encontrar alguna manera de volver aquí. En la cual yo te respondí que estaría allí en un latido de corazón.
Finalmente, el Verano ha llegado y desde las arenas que una vez pisamos te escribo. Esperándote. Y queriendo volver a mostrarte lo que es un Verano de paraíso. 
Desde el fondo del corazón que tocaste de lleno y del cual siempre será tuya,

                                                                    La chica de las manos gélidas con un corazón cálido.

Introducción

Untold Stories no tiene una historia fija. Más bien, son historias sueltas que se me ocurren y que las subo aquí. Obviamente no todas son historias, pueden ser cartas u otras cosas.
Lo que pretendo subir aquí, son OS o historias sueltas que no tengan más de 5 partes, yendo al grano.
Eso es todo, espero que os gusten las historias que subo y... nada más :)